Una vez hace muchos años en algún lugar de Buenos Aires sucedió lo que paso a relatar.
Un muchacho llamado Icaro, estaba como tantos otros días en la casa de su amigo Abdul. Su amistad era, y a pesar de muchas cosas lo sigue siendo, muy estrecha. Abdul con cierta cuota de orgullo ese día le muestra a Icaro una pieza de cristal exquisitamente tallada que estaba sobre la mesa del comedor. Ese ornamento había sido llevado hacia muy pocas horas por su madre a su hogar. El mismo había pertenecido a la bisabuela de la madre de Abdul y había sido trabajada por algún artesano hacía más de un siglo y medio.
Luego de hablar de cosas sin sentido como lo solían hacer durante cinco minutos Abdul salió de la estancia hacia algún otro lugar de la casa. Icaro comenzó a jugar con una pequeña felina blanca y negra llamada Casandra, mientras esperaba a su camarada. Sin saber hoy en día como el o la gata tocaron levemente el citado artefacto y se escucho un clinck!. En ese momento el tiempo se detuvo, sobre todo para el centro de mesa de cristal y para Icaro. Luego en cámara lenta Casandra sale de la escena, e Icaro ve como la artesanía se destruye en varias partes. De alguna manera entre el gato y el muchacho encontraron la frecuencia a la cual resonaba este cristal y vibró durante tanto tiempo en la tierra. Al escuchar el ruido Abdul vuelve al ambiente y tomándose la cabeza con ambas manos exclama Uh!.
Unos pocos minutos después retorna a la casa la madre, que es como una segunda madre para Icaro. Ve los restos del accidente y realiza un par de preguntas a Abdul. Icaro esperaba oír los gritos y amenazas cosa que nunca ocurrió, sólo recibió por parte de la progenitora de su amigo una mirada con una expresión de "si tuviera un cuchillo a mano te pariría en tantos pedazos como cristales se dividió el centro de mesa". Icaro bajo la cabeza con cara de "ojalá pase algo que me transporte a una dimensión paralela", (puede pasar, pensó después). Bajo recomendaciones de la hermana mayor de Abdul, Icaro se retira de la casa una vez que la madre salió del cuarto. Y no volvió por una semana a esta residencia, cuando sintieron entre el y su amigo que el fuego de la señora se había aplacado.
Hasta ahora, diez años más tarde, nunca más se volvió a hablar del tema. Y excepto en este escrito no creo que se vuelva a mencionar este episodio.
Reflexión: Cuantas obras de arte y piezas de importancia histórica habrán sido destruidas en diversas circunstancias y por culpa de algún imbécil o por algún acto estúpido y sin sentido y no llegaron a sobrevivir?.
Un muchacho llamado Icaro, estaba como tantos otros días en la casa de su amigo Abdul. Su amistad era, y a pesar de muchas cosas lo sigue siendo, muy estrecha. Abdul con cierta cuota de orgullo ese día le muestra a Icaro una pieza de cristal exquisitamente tallada que estaba sobre la mesa del comedor. Ese ornamento había sido llevado hacia muy pocas horas por su madre a su hogar. El mismo había pertenecido a la bisabuela de la madre de Abdul y había sido trabajada por algún artesano hacía más de un siglo y medio.
Luego de hablar de cosas sin sentido como lo solían hacer durante cinco minutos Abdul salió de la estancia hacia algún otro lugar de la casa. Icaro comenzó a jugar con una pequeña felina blanca y negra llamada Casandra, mientras esperaba a su camarada. Sin saber hoy en día como el o la gata tocaron levemente el citado artefacto y se escucho un clinck!. En ese momento el tiempo se detuvo, sobre todo para el centro de mesa de cristal y para Icaro. Luego en cámara lenta Casandra sale de la escena, e Icaro ve como la artesanía se destruye en varias partes. De alguna manera entre el gato y el muchacho encontraron la frecuencia a la cual resonaba este cristal y vibró durante tanto tiempo en la tierra. Al escuchar el ruido Abdul vuelve al ambiente y tomándose la cabeza con ambas manos exclama Uh!.
Unos pocos minutos después retorna a la casa la madre, que es como una segunda madre para Icaro. Ve los restos del accidente y realiza un par de preguntas a Abdul. Icaro esperaba oír los gritos y amenazas cosa que nunca ocurrió, sólo recibió por parte de la progenitora de su amigo una mirada con una expresión de "si tuviera un cuchillo a mano te pariría en tantos pedazos como cristales se dividió el centro de mesa". Icaro bajo la cabeza con cara de "ojalá pase algo que me transporte a una dimensión paralela", (puede pasar, pensó después). Bajo recomendaciones de la hermana mayor de Abdul, Icaro se retira de la casa una vez que la madre salió del cuarto. Y no volvió por una semana a esta residencia, cuando sintieron entre el y su amigo que el fuego de la señora se había aplacado.
Hasta ahora, diez años más tarde, nunca más se volvió a hablar del tema. Y excepto en este escrito no creo que se vuelva a mencionar este episodio.
Reflexión: Cuantas obras de arte y piezas de importancia histórica habrán sido destruidas en diversas circunstancias y por culpa de algún imbécil o por algún acto estúpido y sin sentido y no llegaron a sobrevivir?.
9 comments:
Bueno amigo, te dire que me he reido lo que no tienes idea. Me refleje tanto en tu escrito, yo soy un desastre ambulante, todo se me cae de las manos, siempre hago un escandalo donde sea. Pero nada eso es parte de...
Saludos!
Yo paso por periodos de torpeza en los que durante un mes se me rompe todo lo que se me puede romper y lo que no tambien, despues se me pasa...
Suele pasar, yo llegue a ser protagonista de algun destrozo con mis "manos de fierro" (apodo puesto por mi madre). Pero como dices, todo queda en el recuerdo y se hecha al olvido, aparentemente.
Buena anecdota, pero eso que te paso, no fue intencional, las cosas pasan por algo.
Abrazos!
Por que será, sin intención alguna a veces cometemos desastres?
Sera parte de nuestra torpeza..
Lo unico que se yo, que vez que lavo las copas no hay caso que mas de alguna se quebre..
Saludos
jejeje...si supieras...mi nick es "no apta para la humanidad" porque entre otras cosas, siempre ando tumbando las cosas o tropezándome.
Leí estas palabras e imaginé que me estaba pasando a mí!
Supongo que todo el mundo tiene sus fases...
Me encantó la reflexión al final...muy chistoso a la vez que interesante...habrá que ver cuántas obras maestras han sido destrozadas por ineptos como yo..jejeje
¡Saludos y muchas felicidades en esta época festiva!
Gracias a todos por hacerme sentir un poco mejor por mi torpeza...
Mal de muchos consuelo de tontos!
Icaro:
Encontré tu blog hoy y me ha gustado mucho, en especial esta historia, por que yo soy igual. Siempre rompo algo. me identifiqué tanto que podía sentir tu malestar. Pero nada, despues de todo son cosas y nosotros humanos, asi nos hizo Dios, jejeje.
Así es, soy yo. No puedo creer que esa mínima anécdota aún pese en tu memoria. Perdonen mi desdramatización, pero la pieza, si bien antigua (vieja, más bien) y con un valor sentimental para mi madre, no era más que un pedazo de cristal. Bello? Quizás. Irrepetible? Tal vez. Trivial? Seguro. Era un pedazo de memoria de mi vieja entre tantos, multiplicados en piezas de cuestionable valor. Sin embargo, no se rompió la amistad con Icaro. Esa sí: bella, irrepetible y que continúa hasta hoy. Vamos a compartir todavía miles de torpezas y cristales rotos, amigo mío!
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